domingo, 10 de noviembre de 2013

LA HABITACIÓN OSCURA

        
         La habitación oscura. Isaac Rosa. Seix Barral. 2013. 256 páginas.

Isaac Rosa (Sevilla, 1974) es uno de los escritores más destacados e innovadores de la literatura española actual. Sus seis novelas anteriores han obtenido un considerable reconocimiento de la crítica y han recibido diversos premios. Una de las más relevantes fue El país del miedo, editada en 2008 y reseñada en su momento en esta sección. La habitación oscura es su última novela y mantiene el carácter innovador y diferente de sus libros anteriores.

En La habitación oscura se cuenta cómo un grupo de jóvenes, durante un periodo de unos quince años, dispone de un local común en el que ha sido habilitada una habitación que se encuentra siempre en total y absoluta oscuridad. Allí, con un pacto de silencio en su interior aceptado por todos, mantienen promiscuas relaciones sexuales, buscan tranquilidad y refugio, o simplemente se evaden de sus agobios cotidianos. A medida que avanza la novela, van surgiendo diversos problemas que complican la situación de muchos de los personajes que frecuentan el oscuro habitáculo en el que, de manera inevitable y creciente, se va filtrando de una o de otra manera la realidad exterior.

Aunque no sé hasta qué punto logra este objetivo, La habitación oscura ha sido presentada en su promoción como una crónica generacional. Es cierto que, en el lapso de tiempo en que transcurre el relato, se pasa de una situación general económicamente boyante a la irrupción de una profunda crisis que afectará en mayor o menor medida a casi todos los personajes del libro. También es cierto que estos personajes no adquieren demasiada profundidad ni dimensión porque apenas constituyen un bosquejo que no va mucho más allá de unas pocas líneas dedicadas a cada uno.  El rápido paso del tiempo en la narración pretende explicarse simulando lingüísticamente a una cámara que rebobina a gran velocidad la película de los acontecimientos.

Isaac Rosa mantiene también en esta novela su personal línea innovadora en el aspecto estilístico. Las frases se suceden sin puntos y aparte a lo largo de los sucesivos capítulos y abundan las largas enumeraciones y la coordinación de oraciones copulativas o disyuntivas. Y, en un recurso poco frecuente y bastante conseguido y eficaz, no hay en la novela uno o varios narradores que cuenten la historia sino un único narrador colectivo, tanto masculino como femenino, que en ocasiones casi parece identificarse con la propia habitación en permanente penumbra. Esta es, sin duda, la verdadera protagonista del relato y adquiere una clara intención metafórico-alegórica que puede admitir diversas y variadas interpretaciones.

Se ha considerado La habitación oscura, y la obra de Isaac Rosa en general, como un ejemplo de la nueva literatura política, social o comprometida. Además de la presencia de la crisis económica y su citado impacto sobre los personajes, aparecen de manera más o menos evidente en la narración las protestas sociales y políticas vividas recientemente en nuestro país y se plantean las posibles líneas rojas que tal vez no deban ser traspasadas. En relación con ello, tiene una importante presencia en la parte final del relato el espionaje informático a personas o empresas y su utilización como una nueva y moderna manera de extorsión y chantaje.

La habitación oscura plantea interesantes y muy actuales asuntos a través de una envoltura formal muy original e innovadora. Otra cosa es que todo eso sea suficiente para convertirla en una gran novela.

Carlos Bravo Suárez

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