domingo, 1 de septiembre de 2013

CRISIS, CODICIA Y BUENA LITERATURA


En la orilla. Rafael Chirbes. Anagrama. 2013. 440 páginas.

Hay que empezar diciendo que En la orilla es una novela extraordinaria. Probablemente, una de las mejores que se han publicado en España en los últimos años. Un relato que retrata magistralmente la crisis actual -económica pero también social y ética- que sufre la sociedad española y algunas de las causas que la han provocado: la codicia, el dinero fácil y el todo vale para conseguirlo, el afán por aparentar y la mentalidad de nuevo rico que se ha apoderado del país en las últimas décadas. Pero En la orilla no es solo una novela sobre la crisis. Es mucho más. Es reflexión, de tono crítico, ácido y pesimista, sobre la ambición desmesurada, la familia, la vejez, la soledad, el sexo, la emigración, las relaciones laborales o el suicidio. Y es, por encima de todo, buena literatura, más allá de los tópicos doctrinarismos supuestamente progresistas que resultan casi siempre demasiado simples y maniqueos. Un libro que debería permanecer en la historia de nuestra mejor literatura reciente.

Su autor, el valenciano Rafael Chirbes (Tabernes de la Valldigna, 1949), es un escritor más que consagrado, con una importante obra narrativa a sus espaldas. Su anterior novela, Crematorio (2007), consiguió el Premio de la Crítica con un relato que mostraba la corrupción inmobiliaria y la falta de escrúpulos morales de parte de la sociedad española, y que adelantaba en buena medida la crisis que iba a venir y de cuyas cenizas trata la actual En la orilla.

En la orilla transcurre en Olba, una pequeña ciudad situada en la costa valenciana, muy cerca de Benidorm, a orillas del mar y también de un pantano que adquiere un valor simbólico, en cierto modo ligado a la podredumbre moral y ética que rige los comportamientos de buena parte de los personajes del libro, que únicamente pretenden trepar y enriquecerse a cualquier precio.

Aunque la novela está escrita a varias voces, combinando la primera y la tercera personas y diversos recursos literarios, su personaje principal es Esteban, un carpintero de setenta años, soltero, desilusionado y pesimista, que ha heredado el negocio familiar y que acaba de arruinarse al entrar en operaciones inmobiliarios que la crisis, la excesiva ambición y los falsos proyectos de su socio constructor han llevado al fracaso. A través de Esteban, y en relación con él, aparecen otros personajes de diversa condición económica y social. Sus amigos nuevos ricos, los antiguos trabajadores de la carpintería que han perdido su empleo, el padre inválido, la criada colombiana o su antigua novia Leonor, ya muerta, que se fue con uno de sus amigos y se convirtió después en una cocinera de éxito. Otro logro de la novela es su rico vocabulario, en especial en términos relacionados con la vida en el pantano y con el campo semántico de la carpintería. Y sus referencias a temas literarios como el “ubi sunt”, de reminiscencias manriqueñas, que la crisis de hoy vuelve a poner en cierto modo de actualidad.

Una excelente novela, un microcosmos literario que puede extrapolarse a la realidad de un país que en los últimos tiempos lo ha sacrificado todo a la codicia y al dinero.

Carlos Bravo Suárez


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