domingo, 9 de diciembre de 2012

LA HUELLA DEL PÁJARO


      La huella del pájaro. Max Bentow. Destino. 2012. 383 páginas.

La huella del pájaro es una novela negra que el pasado año obtuvo un gran éxito en Alemania. Traducida a numerosos idiomas, ha llegado a España editada por Destino, editorial siempre atenta a las más destacadas novedades internacionales en thriller y género policiaco. Sobre su autor no es mucho lo que he podido averiguar. Según la escueta solapa de la edición española, Max Bentow es “el pseudónimo de un autor berlinés nacido en 1966 que ha desarrollado una larga carrera como autor teatral y dramaturgo, una faceta por la que ha recibido numerosos premios”. “La huella del pájaro” inaugura la que podría ser una nueva serie policiaca protagonizada por el comisario Nils Trojan. Al parecer, en Alemania ya ha sido publicada la segunda novela de Bentow con este mismo protagonista.

La huella del pájaro es un impactante thriller, lleno de suspense y acción, que narrado a un ritmo trepidante mantiene la atención del lector hasta el último momento. Ambientada íntegramente en Berlín, ciudad cuyas calles y plazas se citan con detalle, la novela relata una sucesión de crímenes que un asesino en serie comete con una tremenda crueldad sobre varias mujeres que tienen en común sus largas y llamativas cabelleras rubias. El comisario Nils Trojan se va a encargar del caso. Se trata de un policía con gran intuición y profesionalidad, pero que sufre con frecuencia pesadillas y ataques de pánico que le obligan a visitar a una psicóloga por la que cada vez se siente más atraído. La sucesión de crímenes, siempre con la presencia de pájaros muertos junto a los cadáveres siniestramente desfigurados por el asesino, desorienta a los investigadores y los pone sobre algunas pistas que, para beneficio del suspense, siempre acaban resultando falsas.

La novela está contada, como ya se ha dicho, con un ritmo vertiginoso. En tercera persona y de manera omnisciente, el narrador usa frases cortas y directas, con continuos puntos y aparte, y dividiendo la obra en treinta y cuatro capítulos también breves para aumentar aún más la agilidad de la lectura. Se siguen los patrones del thriller con algunas pretensiones psicológicas, tanto en el análisis de la personalidad psicótica del asesino como en los miedos y pesadillas que sufre el comisario Nils Trojan. La referencia al cuadro El vestido de la novia de Max Ernst, que recomiendo mirar en internet o en otra parte cuando se alude a él en la novela, permite poner alguna imagen aproximada a algunos momentos de este tenso thriller que, con una buena dosis de violencia y sadismo, sigue los cánones del género y se lee casi sin respiro, deseando llegar al desenlace para conocer la identidad del enigmático asesino. Al comisario Trojan lo veremos sin duda en próximos libros resolviendo nuevos casos.

Carlos Bravo Suárez

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