domingo, 9 de octubre de 2011

LA ERMITA DE SAN ESTEBAN DE ESTAÑA


Estaña es una pequeña localidad de la Ribagorza oriental perteneciente al municipio de Benabarre, lugar del que dista unos quince kilómetros. Se accede por la carretera N-230 que lleva de Benabarre a Lérida. Poco después de pasar Purroy de la Solana, es necesario tomar un desvío a la izquierda en dirección a Estopiñán del Castillo. Antes de llegar a este pueblo hay que girar de nuevo a la izquierda para seguir por una estrecha carretera que, a los pocos minutos, termina en el propio Estaña y continúa, como pista de tierra transitable para vehículos, hasta el despoblado Caserras del Castillo.

Lo más destacado del lugar son las sorprendentes y hermosas lagunas que le dan nombre. Estaña viene del latín “stagna”, plural de “stagnum”, que significa “lago”. De este vocablo, y con el mismo significado, procede el término catalán “estany”. Las lagunas de Estaña constituyen un espacio natural de gran interés y una especie de oasis en un terreno que presenta en general bastante sequedad.

Desde el punto de vista arquitectónico, lo más interesante de esta pequeña localidad ribagorzana es su ermita de San Esteban. Esta construcción religiosa de estilo románico se encuentra situada a las afueras del pueblo, a una media hora de camino, en lo alto de un cerro bastante vestido de vegetación, a la derecha de la llamada laguna grande y más cerca aún de la laguna pequeña que, al menos en mi última visita al lugar, carecía por completo de agua.

Para llegar a la ermita hay que tomar una pista en dirección sudeste a la derecha del PR-HU45 que conduce a Caserras, justo a la entrada de Estaña. Lo más rápido es seguir a los pocos metros por otra pista también a la derecha que lleva a un almacén agrícola y que se encuentra cerrada por una cadena para los vehículos. Si seguimos por la pista de la izquierda, dejaremos la ermita en un pequeño cerro, siempre a nuestra derecha, al que tendremos que ascender campo a través. En cualquier caso, el último tramo del camino hay que hacerlo obligatoriamente de esta improvisada manera y no resulta demasiado cómodo y fácil para quien no conozca la zona y visite por primera vez el lugar.

La ermita de San Esteban se encuentra en el lado sur de un lugar documentado históricamente como Cabestany, donde hubo un castillo medieval, del que quedan algunos restos, y probablemente una pequeña población fortificada desaparecida en fecha indeterminada. Algunos creen que incluso antes pudo haber allí un poblado ibérico, un antiguo “oppidum”, es decir, un lugar elevado cuyas defensas naturales fueron reforzadas por la intervención del hombre y que servía para dominar las lagunas y las tierras de cultivo y como refugio fortificado con algunas partes habitables.

El topónimo Cabestany aparece documentado con la forma latina Caput Stagnum, que vendría a significar literalmente “cabeza del lago” o también, de manera geográficamente descriptiva, “en lo alto del lago” o “al cabo o al final del lago”. El castillo medieval de Estaña sería en realidad el de Cabestany, conquistado a los musulmanes a mediados del siglo XI por Arnau Mir de Tost, vizconde de Àger y señor feudal vasallo del conde de Urgel. Cabestany aparece documentado en varias ocasiones durante la segunda mitad del siglo XI y el siglo XII, y las referencias escritas al lugar llegan hasta el siglo XV. En una zona de importantes castillos bajo los que crecieron poblaciones como Caserras del Castillo o Estopiñán del Castillo, la fortaleza de Cabestany sería quizás de segundo orden en el aspecto defensivo, pero cobraría mayor importancia por custodiar las valiosas lagunas próximas.

Los restos del castillo, algunos muros adaptados el terreno y poco visibles por el exceso de vegetación, se encuentran en lo alto del cerro, al norte de la ermita, en una pequeña planicie. Unos metros al sur o suroeste de la ermita hay unas curiosas formaciones rocosas, cuyas paredes -alguna incluso con algún agujero en forma de ventana- parecen casi cerrar un pequeño recinto que posiblemente fuera utilizado como antiguo refugio casi del todo natural. Es probable que en esa zona se encontrara el citado poblado medieval tal vez de origen más antiguo.

Entre los restos del castillo y el posible poblado, se levanta, perfectamente conservada, la actual ermita de San Esteban. Se trata de un edificio de planta rectangular algo irregular que se acerca a la forma casi cuadrada. Tiene bóveda de cañón y ábside preceptivamente orientado al este, con un arco presbiteral ligeramente apuntado. Las paredes son de sillares bien alineados, aunque más pequeños e irregulares en las hileras superiores de la pared norte. Da la sensación de que este muro sería algo elevado sobre el original, probablemente en una reforma que convertiría el antiguo tejado a dos aguas en el actual a cuatro vertientes con tejas redondeadas. La puerta de la ermita se abre en la pared de poniente y es de arco de medio punto ligeramente apuntado. La construcción sólo tiene dos ventanas: una en el centro del ábside y otra en el muro meridional. El interior, que puede verse desde la reja de hierro de la puerta de entrada, está encalado y luce algunas policromías recientes.

Los entendidos fechan la construcción de esta ermita entre la segunda mitad del siglo XI y los primeros años del XII. Aparece históricamente documentada en el año 1091. Fue durante siglos una dependencia exenta de la abadía de Sant Pere de Àger, en la provincia de Lérida. Una de las posibles causas de la conservación de la ermita es la fidelidad con la que los vecinos de Estaña, aún hasta la fecha, acuden a ella el día de su patrón, el 26 de diciembre, en pleno periodo invernal.

La visita a Estaña merece la pena no sólo por la ermita de San Esteban, sino también por sus magníficas lagunas de origen kárstico. En el término de Estaña se encuentra además la conocida como ermita de Terrers, de orígenes románicos pero muy reformada posteriormente. Se sitúa al noroeste del pueblo, en dirección a la localidad de Pilzán. El PR-HU45 une Estaña con Caserras del Castillo y pasa junto a las citadas lagunas. Desde Caserras, por el PR-HU202, podemos acercarnos a la ermita románica de Santa Sofía, situada junto al camino que lleva a Antenza, a la que tal vez dedique un artículo en próximas fechas en estas mismas páginas.

Carlos Bravo Suárez

(Artículo publicado en Diario del Alto Aragón)

Imágenes: ermita de San Esteban, probable muro próximo a la ermita, abrigos rocosos, laguna y pueblo de Estaña.

2 comentarios:

Recóndita Armonia dijo...

Muchas gracias Carlos, artículo muy bonito. Como curiosidad decirte que en aragonés a las pozas grandes que se había en los barrancos y donde hasta que hubo piscinas se bañaban en verano, también los llamaban Estaños. En Salas Bajas, en pleno Somontano, acaban de marcar la senda hasta el llamado Estaño de los Palomos donde iban antiguamente los de allí a bañarse.
Te dejo la ruta para tu GPS por si te interesara: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2040520

carlos bravo suarez dijo...

Gracias por tu comentario y por tu información. Desconocía la denominación de Estaños en Salas Bajas, la creía casi exclusiva de las zonas más orientales de la provincia. Y muchas gracias por indicarme la ruta del Estaño de los Palomos, donde me gustaría ir y si pudiera ser darme un baño.