domingo, 4 de enero de 2009

ISIDRO COMAS MACARULLA, "ALMOGÁVAR", UN ARAGONESISTA LITERANO EN BARCELONA

Editado por Rolde de Estudios Aragoneses con la colaboración del Centro Aragonés y la Casa de Aragón de Barcelona, ha sido publicado recientemente el libro “Isidro Comas, Almogávar. La poética vida de un aragonesista de Tamarite de Litera”. Su autor, al que me he referido en alguna otra ocasión en estas páginas, es Valeriano C. Labara Ballestar, natural de Candasnos y afincado en Cataluña, donde trabaja como profesor. Labara ha publicado varios trabajos relacionados con diversos personajes de su villa natal y de la comarca del Bajo Cinca. Además, es un destacado heraldista, en la actualidad representante de la provincia de Huesca en la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía.

El libro pretende dar a conocer, de manera rigurosa y amena, la vida y el pensamiento de una de las principales figuras del aragonesismo en Cataluña durante el primer tercio del siglo XX. A lo largo de los diez capítulos de la obra, conocemos con detalle la biografía y la actividad literaria de Comas y su vinculación a las diferentes entidades aragonesas que se crearon en esos años en la ciudad condal. Se hace referencia a su relación con un buen número de personajes aragoneses de la época, afincados en Cataluña en unos casos y residentes en Aragón en otros, y se muestran algunos rasgos del ideario de Almogávar a través de sus colaboraciones periodísticas, sus conferencias y sus poesías. El libro se ilustra con un buen número de fotografías y se cierra con una pequeña selección de textos “de obligada lectura”.

Aunque Isidro Comas usó otros pseudónimos en sus numerosas colaboraciones escritas, fue el de Almogávar su preferido y por el que se le conoció como escritor. La elección del apodo ya es significativa de su espíritu combativo y de su pasión por el pasado esplendor de Aragón, que tanto añoraba y que con tanto anhelo deseó ver algún día resurgir.

Isidro Comas Macarulla nació en Tamarite de Litera en 1878. Tanto su abuelo como su padre ejercieron en la capital literana el oficio de zapatero. Fue en los años ochenta del siglo XIX cuando sus padres emigraron a Barcelona. Sabemos que Isidro recibió su primera educación con los escolapios de Tamarite y que después ingresó en el seminario de Zaragoza con intención de seguir estudios religiosos, que más tarde abandonó. Primero en Zaragoza y después en Barcelona, se ganó la vida como empleado de banca. Almogávar se casó en primeras nupcias con Encarnación Cuartero Paco, nacida en Zaragoza y muerta de manera repentina a los 36 años. Al quedar viudo, Isidro contrajo matrimonio con Julia Cuartero, hermana menor de la difunta. De su primer matrimonio nacieron el pequeño Ángel, que falleció a los ocho meses, y su hija Pilar. Con su segunda mujer tuvo otra hija llamada Enriqueta. Isidro Comas murió en Barcelona en 1932 tras una dolorosa enfermedad. Está enterrado en el cementerio de Montjuic.

La actividad literaria y aragonesista de Isidro Comas está absolutamente ligada a las diversas asociaciones creadas por la numerosa colonia aragonesa residente en Barcelona. El propio Comas cifraba en 1918 en 45000 el número de paisanos suyos establecidos en la capital catalana. La cifra había aumentado a unos 120000 en 1930, dos años antes de la muerte de Almogávar. Varias fueron las entidades aragonesas creadas en la ciudad condal en el primer tercio del siglo XX. La más importante fue el Centro Aragonés de Barcelona, fundado en 1909, del que Comas fue uno de sus socios iniciales, primer bibliotecario y principal redactor de su Boletín durante sus primeros años de existencia. Fue también uno de los principales animadores de las Tertulias Aragonesas que se celebraban en el Centro semanalmente. Sin embargo, tal vez por discrepancias insalvables, Almogávar se dio de baja en el Centro Aragonés en 1919 y ya nunca más volvió a pertenecer a la entidad. Aunque no sabemos si formó parte de él, mantuvo una estrecha relación con el Centro Obrero Aragonés de Barcelona que se había creado en 1913 y que tras la Guerra Civil se convirtió en la Casa de Aragón.

Como el Centro Aragonés no colmaba las cada vez mayores aspiraciones aragonesistas de algunos emigrantes aragoneses en la ciudad condal, surgió la Unión Regionalista Aragonesa de Barcelona, que más tarde se denominó Unión Aragonesista. Una de las diez personas que se reunieron en Barcelona el 1 de diciembre de 1917 para fundar la URA fue Isidro Comas, que fue también su primer presidente. No estaban entre ellas ni Gaspar Torrente ni Julio Calvo Alfaro, quienes se incorporaron más tarde convirtiéndose en las figuras más conocidas del aragonesismo en Cataluña. Como bien resume Labara, las principales preocupaciones de la URA eran la regeneración de Aragón, la lucha contra el caciquismo, las buenas relaciones con Cataluña y la pronta consecución de la autonomía aragonesa. Un rasgo destacado es el carácter apolítico que se pretende dar en un principio a la entidad. Poco después, bajo el impulso inicial del benabarrense Manuel Cosials, nació también en Barcelona la Juventud Regionalista Aragonesa.

El órgano de expresión de la URA fue la revista “El Ebro”. Almogávar fue su primer director en los años 1917 y 1918 y volvió a serlo desde 1925 hasta 1932, año de su muerte. Fueron muchos los colaboradores de esta importante revista. La mayor parte residía en Barcelona o Zaragoza; pero también los había de otras poblaciones aragonesas. De la lista que establece Labara, reproduzco aquí los nombres de los colaboradores que “El Ebro” tuvo en la provincia de Huesca. Cinco de ellos eran de Graus: Vicente Barrós, Joaquín Español, José María Pérez Bufill, Vicente Salinas y Joaquín Samblancat. Desde Huesca colaboraban Vicente Cajal, Ramón Casaus, José María España y Vicente Tena. Además, lo hacían también Manuel Cosialls (de Benabarre), Miguel Blanchs (de Campo), Ramón Menac Pallars (de Boltaña) y Sebastián Amella (de Tamarite). Almogávar fue el principal colaborador de la revista “El Ebro”, escribió en ella multitud de artículos sobre diversos temas. Como se decía en una nota necrológica que apareció tras su muerte, “El Ebro” y Comas Macarulla fueron “carne de la misma carne”.

Destaca en Isidro Comas su gran afición a la Historia y su defensa de un estudio de la misma que beba, siempre que sea posible, de las fuentes y los documentos originales. En cuanto a su aragonesismo, podríamos decir que es de cariz moderado. Comas, aunque continúa en la URA cuando ésta da un cierto giro del regionalismo al nacionalismo, sobre todo con Gaspar Torrente, no se identifica con esa corriente algo más exaltada y vinculada a tendencias nacionalistas catalanas de sesgo más radical. Almogávar se muestra próximo al pensamiento costista -en 1929 asiste a la inauguración del monumento a Joaquín Costa que se levantó en Graus-, tanto en su anticaciquismo como en un regeneracionismo que se circunscribe sobre todo a Aragón. Como literano se muestra claramente identificado con la política hidráulica del León de Graus. Además, el aragonesismo de Comas tiende a lo apolítico, a una defensa de Aragón por encima de cualquier partidismo. En muchos de sus escritos se observa un claro escepticismo respecto a la política y los políticos, cuando no un cierto rechazo teñido de amargura y desencanto.

Otra faceta interesante de Isidro Comas fue su afición al excursionismo y su promoción de los atractivos turísticos de Aragón. Estuvo siempre muy vinculado al Centro Excursionista de Cataluña y mantuvo amistad con algunos divulgadores del patrimonio cultural y paisajístico del Alto Aragón, como mosén José Castán, cura párroco de Benasque y autor de un libro sobre los atractivos de ese rincón pirenaico. El propio Isidro Comas creó un grupo excursionista llamado Ordesa, por ser este valle uno de sus lugares preferidos del Pirineo. En 1931,fue nombrado Delegado en Barcelona del Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón.

En lo que respecta a las relaciones entre Aragón y Cataluña, Almogávar, que admiró siempre la pujanza y la laboriosidad de los catalanes, muestra su claro rechazo ante las ideas expansionistas de algunos nacionalistas extremos que pretenden incluir en Cataluña los territorios orientales de Aragón. Llega a dudar de que sea catalán el idioma hablado en esas tierras limítrofes, y considera que, aunque así fuera, eso no puede significar que esos territorios dejen de ser aragoneses, pues lo son por su historia y por el deseo de sus habitantes.

Es destacable el hecho de que ya en 1922 la URA, la JAB y el Grupo Ordesa enviaran un telegrama al obispo de Lérida protestando por el “continuo extrañamiento del patrimonio artístico-arqueológico aragonés”. Se reclamaban en concreto el retablo de Estopiñán y el tesoro de San Valero y San Vicente de Roda de Isábena.

La magnífica labor investigadora de Valeriano Labara ha dado como resultado un libro interesante que nos permite conocer a una de las más importantes figuras del aragonesismo en Cataluña. Un hombre que puso su amor a Aragón y a lo aragonés por encima de todo lo demás.

Carlos Bravo Suárez

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