lunes, 25 de febrero de 2008

MAQUIS EN RIBAGORZA (3): ENFRENTAMIENTOS, VÍCTIMAS Y FINAL DEL CONFLICTO


En el artículo anterior sobre la presencia de los maquis en Ribagorza, me referí a varios episodios vividos por la Brigada 21 en la parte sur de la comarca, en los actuales municipios de Graus y Secastilla. En esta colaboración, intentaré hacer un recuento de algunos enfrentamientos que se produjeron entre guerrilleros y fuerzas militares en territorio ribagorzano y de las víctimas ocasionadas por el conflicto; trataré, finalmente, del último tramo del mismo hasta su completa desaparición. Para los dos primeros apartados, tomaré los datos, sobre todo, de los libros: "Maquis y guerrilleros" (Delsan, Zaragoza, 2003), de Fernando Martínez de Baños Carrillo, y ""Maquis y Pirineos" (Milenio, Lérida, 2001), de Ferran Sánchez Agustí. El primero de los autores ha tenido acceso a los diarios de operaciones de las unidades militares que lucharon contra el maquis en Aragón entre las fechas citadas y hace, al final de su libro, una reseña alfabética por poblaciones de algunos de esos incidentes. El segundo, en el capítulo dedicado al Pirineo aragonés, establece un cuadro estadístico de las bajas que produjo el conflicto en esta comunidad en los años 1944 y 1945. No siempre coinciden los datos de ambas obras, que en algunos casos pueden complementarse entre sí. A las informaciones tomadas de ellas añadiré algunas más, extraídas de otros libros que tratan sobre el tema o de testimonios de personas de nuestra comarca que recuerdan o han oído contar algunos de los hechos referidos.

Empezaremos por las víctimas. Según Sánchez Agustí, que en la segunda edición de su libro aumenta la cifra dada en la primera y que cree que ésta irá creciendo con las investigaciones, en los dos primeros años de conflicto hubo en todo Aragón noventa muertos: setenta y tres maquis, cuatro miembros del ejército, cuatro guardias civiles, un policía y ocho ciudadanos civiles. De esos noventa muertos, doce se habrían producido en Ribagorza: nueve maquis, un militar y dos civiles. Probablemente, la cifra fue bastante mayor y, como enseguida veremos, el libro de Martínez de Baños añade víctimas en varias localidades de nuestra comarca. Tal vez habría que descontar un maqui muerto en Senet -aunque enterrado en Benasque-, por estar esta población ya en la provincia de Lérida. Según algunas versiones, este guerrillero fue herido muy grave en el tiroteo que se produjo con la Guardia Civil en el citado pueblo leridano; sus compañeros lo llevaron consigo en su huida, pero murió poco más tarde y fue enterrado en Benasque. Alguna otra versión sitúa su muerte como consecuencia de un enfrentamiento producido cerca de esta última localidad ribagorzana. Se trataría del joven caspolino Elías Piquer, que tan sólo tenía 17 años (1). Se da la circunstancia de que tres hermanos suyos también murieron violentamente en esos aciagos años: uno en el propio Caspe durante la Guerra Civil, otro en la Resistencia francesa en St. Girons y el tercero en un campo de exterminio nazi.

El reparto de víctimas en la comarca ribagorzana es el siguiente: dos muertos -un maqui y un soldado que falleció al desnucarse en una caída- en Erdao (Iardo), un guerrillero muerto en el término de Graus, otro en La Puebla de Roda, cinco en Secastilla y dos ciudadanos muertos en el Valle de Lierp, a los pies del Turbón. Estas dos víctimas civiles fueron la maestra Victorina Sasó Palacio, que había subido a Campo desde Huesca en autobús y fue confundida con un maqui cuando iba caminando a Egea donde trabajaba, y un campesino, apodado "el sord de Calvera", que murió cerca de Serraduy porque no supo el santo y seña o no atendió al requerimiento de los soldados. Parece ser que tras haber detenido a un grupo de maquis cerca de Espluga, los militares impedían de manera expeditiva el paso de personas por el camino que subía a Las Vilas del Turbón.

He intentado ordenar cronológicamente los informes de las unidades militares sobre los hechos ocurridos en Ribagorza que Martínez de Baños recoge en su libro. Empezaré por los sucesos en los que hubo víctimas mortales, para poder cotejar las cifras con las que acabo de reseñar y que aparecen en el libro de Sánchez Agustí. He insertado en la relación de incidentes varios más que he tomado de algunas otras fuentes y de testimonios personales. El informe militar del tiroteo sobre la maestra está registrado en Campo, donde se hallaba el destacamento militar que intervino en el suceso; en él se dice que el 22 de julio de 1945 un soldado dio el alto a una mujer, disparó sobre ella y la hirió gravemente. Sabemos, como hemos visto, que se trataba de una maestra y que la herida falleció posteriormente. En Erdao (Iardo) hubo tres muertes, y no dos como recoge Sánchez. Según el parte militar, fuerzas del ejército contactaron el día 11 de noviembre de 1944 con partidas guerrilleras a las que causaron un muerto y un herido; los militares tuvieron un cabo y un soldado muertos y otro soldado fue hecho prisionero. Dos antiguos vecinos de la localidad  -hoy despoblada- dicen recordar perfectamente los hechos, aunque eran niños cuando sucedieron, y confirman por completo esta versión, añadiendo incluso que el soldado preso fue liberado poco después. Precisan además que el suceso tuvo lugar el día 10 de noviembre y no el 11 como recoge el informe militar, que bien pudo redactarse al día siguiente de ocurrido el enfrentamiento. En cuanto al maqui muerto en el término de Graus, parece que murió al caerse a una zanja y estallarle una granada de mano que llevaba encima. Según se lee en el relato de Anabel Bonsón "Mi tío Vicente", del libro "Historias de maquis en el Pirineo aragonés" (Pirineum, 1999) (2), el fallecido era originario del propio Graus y fue enterrado cerca de Secastilla. En ese mismo grupo iría el grausino Vicente Costa, protagonista del mencionado relato y fallecido en 1985.

La primera entrada de maquis en Ribagorza se produjo en octubre de 1944, en el mismo mes en que se realizó la toma del Valle de Arán por parte de los guerrilleros en una acción que resulto abortada por las tropas franquistas a los pocos días de llevarse a cabo. Según los diarios de operaciones militares, en nuestra comarca se produjo un primer incidente armado el 13 de octubre de 1944 en el Hospital de Benasque, cuando el puesto de la Guardia Civil fue atacado por los guerrilleros que tuvieron que huir y sufrieron una baja al ser repelida la agresión. El día 20 de ese mes  -o el 21 según otras informaciones-, hubo un enfrentamiento en Espés: dos maquis resultaron muertos y varios heridos y prisioneros; hubo también dos soldados heridos. Uno de los guerrilleros detenidos confesó que habían entrado en España por el Valle de Arán y pasado a la provincia de Huesca por encima del túnel de Viella. Formaba parte de un grupo de 50 hombres mandados por Antonio Cobos. Había entre ellos jóvenes hijos de españoles, italianos y huidos de la Guerra Civil. El día 26, otro maqui habría resultado muerto en Noales. En esos mismos días de octubre  -no se especifican las fechas concretas-, los maquis tuvieron diez muertos en Laspaúles. En el anterior libro de Martínez de Baños ("Hasta su total aniquilación", Almena, Madrid, 2002) esta decena de bajas guerrilleras se sitúan en Castanesa. Estas pequeñas diferencias geográficas se deben a que los partes militares aparecen firmados en los lugares en que tienen su cuartel los destacamentos que llevan a cabo las acciones reseñadas. Según otro informe militar, en la sierra de Estadilla murieron cuatro maquis el 6 de noviembre de 1944. Parece seguro que se trata de los guerrilleros procedentes de Juseu a los que me referí en mi artículo anterior. Los muertos habrían sido cinco y probablemente se produjeron en el término de Secastilla hacía donde se dirigían, y donde, como ya contamos, algunos más fueron detenidos en la casa Peralta en una emboscada tendida por los militares. Sobre estos mismos muertos, en el diario de campaña de la 468 Brigada guerrillera se dice que se produjeron en una sierra al sur de Juseu (3). En cualquier caso, tras revisar los informes del ejército, parece claro que Sánchez Agustí se queda corto en su cómputo total de las bajas producidas en esos primeros meses del conflicto en nuestra comarca.

Entre los días 14 y 17 de octubre de 1944, fuerzas del ejército sostuvieron tiroteos con los infiltrados por el control de La Renclusa (Benasque), que al final ocuparon los militares. Entre el 15 y el 30 de octubre, hubo enfrentamientos con muertos -a los que nos hemos referido- en la zona de Castanesa, Neril, Noales, Denuy, Benifons y Laspaúles. Algunos de estos pueblos fueron ocupados por los guerrilleros e inmediatamente después por las tropas, a las que se entregaron algunos maquis. En Neril, se detuvo a una mujer cuyo marido estaba exiliado en Francia y había pertenecido al comité local durante la Guerra Civil. El maestro del pueblo desapareció y fue visto en Laspaúles con un grupo de maquis. A partir del día 20 de octubre, se detecta gran movimiento de guerrilleros en el itinerario Laspaúles - La Puebla de Roda - Laguarres - Benabarre. El 21 de octubre se avistó a un grupo de maquis en Güel, a alguna de cuyas casas los guerrilleros se acercaban con cierta frecuencia a pedir o exigir comida. A Juseu llegó un grupo de al menos 50 entre el 21 y 22 de octubre. El día 23 se ocupó militarmente el pueblo y se capturó a un maqui, aunque su grupo logró huir. El 24, una partida de maquis se aprovisionó de algunos víveres en Cajigar y pasó la noche en la casa de La Morera, donde descansaron durante la jornada del día 25 y celebraron una reunión en un establo próximo. En los días 26 y 27, al parecer decepcionados por la situación encontrada, algunos maquis buscan en Benasque y Cerler guías para intentar regresar a Francia. Cerca de Juseu se detuvo a un guerrillero desarmado el 1 de noviembre. El 5 de este mes, en Tolva, y tras un tiroteo, se escaparon de los maquis dos guardias que habían sido hechos prisioneros cerca de Àger (Lérida). El día 7 se detuvo a dos guerrilleros en Estadilla. El día 12 fueron detenidos otros dos maquis en Caladrones cuando iban a cortarse el pelo en dicha localidad; otro guerrillero consiguió escapar al tiroteo que se produjo en dicho pueblo. El 16 de noviembre, 22 maquis llegaron a Finestras a las nueve y media de la noche; la población les dio algún alimento pero les rogó que se marcharan pronto porque estaban asustados ante las posibles represalias de las tropas moras que acompañaban a los regulares. El día 22 se observa gran movimiento de partidas guerrilleras por la zona de Estopiñán, pero eluden a los militares y consiguen huir y desperdigarse. En Calvera, se detuvo a un guerrillero el día 24, al parecer se trataba de un maqui que había resultado herido grave en un tiroteo y sus compañeros habían dejado a cargo de un pastor. Ese mismo día se aprecia la presencia de un grupo de unos 70 en los bosques de Alins. El día 27 se entregaron dos maquis a los soldados en la casa La Miranda, a once kilómetros de Graus. El día 29 fueron capturados dos prisioneros en Cerler; el resto del grupo huyó a Francia abandonando dos fusiles ametralladores, municiones, granadas de mano y otros efectos. En el último trimestre de 1944, aparecieron maquis en Barbaruens, Foradada del Toscar, Murillo de Liena, Llert, Torrelaribera o La Puebla de Roda. Puede decirse que pocos fueron los pueblos de Ribagorza en los que, de una u otra manera, no hicieron acto de presencia los guerrilleros.

El grupo en el que iba Joaquín Arasanz Raso "Villacampa", también conocido como "Buil de La Pardina" por haber nacido en ese lugar cercano a Castejón de Sobrarbe, estuvo sobre todo en el valle de La Fueva, pero también pasó por varios lugares de la Ribagorza. Su partida, perteneciente a la Brigada 21, de la que Arasanz era comisario político del Estado Mayor, entró en España a principios de octubre de 1944 por el Valle de Arán. Atravesando el puerto de la Bonaigua, llegó hasta la boca sur del túnel de Viella y se detuvo -como explica el propio Arasanz en su libro "Los guerrilleros" (1994)- en las poblaciones ribagorzanas de Castanesa, Merli y Bacamorta. Evitando la presencia de los militares que llegaban a Morillo de Liena para cortarles el camino, el grupo pudo cruzar el río Ésera y pasar a la comarca de Sobrarbe por Navarri y la sierra de Campanué. Esta partida ocupó varios pueblos de La Fueva y tuvo su mayor encontronazo con el ejército en Morillo de Monclús, donde tres maquis y dos militares (soldados de reemplazo) resultaron muertos en la refriega (4). Otro guerrillero quedó herido de metralla y fue trasladado a Pallaruelo, hacia donde se replegaron sus compañeros. Allí les llegó la orden de retornar a Francia. Se dirigieron a Foradada del Toscar, se aprovisionaron de víveres en Viu, atravesaron Cotiella y lograron alcanzar el Hospital de Gistaín para cruzar la frontera soportando las fuertes nevadas y los intensos fríos del mes de diciembre de 1944. "Villacampa" recurre al refrán para explicar las condiciones de esa última parte del camino de regreso: "Si quieres saber lo que es penar, pasa el puerto en plena tempestad".

Arasanz también relata en su libro que, cuando su partida pasó por Bacamorta, el médico de los guerrilleros operó con éxito a un niño del lugar que sufría una fuerte infección en las anginas. Hay un rico anecdotario referido a los maquis. Entre los hechos curiosos que sucedieron en nuestra comarca, además del citado, pueden referirse algunos más. Cuenta también "Villacampa" que colaboradores de Morillo de Liena subían a los guerrilleros emboscados en la sierra de Campanué comida escondida entre el estiércol en los "esportones" de las caballerías, y que cuando pasaban ante los soldados de guardia decían que iban a echar el "fiemo" a los campos del otro lado del río. O el suceso ocurrido a mosen José Abad que, asustado porque había sido alférez castrense durante la guerra, dejó sin acabar la misa que estaba diciendo en Ballabriga al ser advertido de la llegada de los maquis que, sin embargo, nada le hicieron al topar con él. O lo ocurrido en Villacarli, donde el sacerdote también huyó cuando se presentaron los maquis a dar el pésame a la familia de una mujer que había muerto en el parto y, cuando al día siguiente regresó vestido de paisano y con un pasamontañas a recoger el santísimo, una señora le saludó al cruzarse con ella y lo delató involuntariamente, pero aunque los maquis se enfadaron con él tampoco parece que le ocurriera nada. Ya sabemos que los guerrilleros tenían orden de no molestar a los curas y, al contrario de lo sucedido en la Guerra Civil, procuraron evitar cualquier anticlericalismo manifiesto. Siguiendo con hechos anecdóticos, en la Puebla de Roda el alcalde ordenó enterrar en el cementerio a un maqui muerto en un enfrentamiento, aunque la Guardia Civil pretendía hacerlo en medio de un campo. También en Las Vilas del Turbón los maquis, al dejar el pueblo, se despidieron efusivamente del alcalde con el que habían convivido con gran cordialidad durante varios días. O la anécdota de dos desconocidos que tras tomar algo en un café de Benabarre dejaron debajo del platillo en el que abonaron su consumición una nota en la que ponía: "Aquí pagan los maquis". Se cuenta también que un maqui elegante y educado bajaba hasta Perarrúa desde la sierra y daba largos paseos en animada conversación con el maestro de esta localidad, y que en La Puebla del Mon un guerrillero mantuvo un romance con una guapa moza del lugar. Algunas de estas anécdotas contribuyeron a crear una imagen bastante mitificada, y tal vez no siempre real, de los guerrilleros y de su manera de actuar.

Pero volviendo a los hechos de armas hay que decir que los informes de 1945 recogen menos enfrentamientos e incidencias que en el año anterior. Queda registrada -además de la muerte de la maestra de Egea- la deserción y huida a Francia por la zona de Benasque de un soldado, un guardia de fronteras y un vecino de Castejón de Sos. En el año siguiente, la actividad guerrillera creció considerablemente. A partir de la deserción del maqui Juan Luis Iglesias Ugal, natural de la provincia de Lugo, hay un informe militar referido a Ribagorza que reproduzco en su integridad: "El 12 de septiembre de 1946 se presentó un guerrillero diciendo que hasta finales del mes de agosto había pertenecido a una partida que se hallaba oculta en los montes de Castigaleu, de la que se había separado para presentarse a la Guardia Civil, ofreciéndose al mismo tiempo para guiar a las fuerzas donde se encontraban refugiados los que habían sido sus compañeros. Como consecuencia, se montaron servicios con fuerzas de destacamentos de Lascuarre, Benabarre, Graus y La Puebla de Roda. En uno de esos servicios localizaron la cueva donde se encontraban los maquis, huyendo éstos, al menos cuatro, que no pudieron ser capturados ni alcanzados por los disparos que les hicieron. Sin duda por la oscuridad reinante ya que eran las tres de la madrugada del día 13. En la cueva se encontraron: un fusil ametrallador inglés con 13 cargadores y 425 cartuchos, tres fusiles mausine con 505 cartuchos, un fusil japonés o chino con 250 cartuchos, un fusil italiano sin munición, dos Mauser, uno con 81 cartuchos, un rifle Winchester sin munición, dos revólveres, una escopeta, 10 pastillas de explosivos, 12 detonadores y 575 cartuchos de metralleta, una cartera con documentación y dinero. También se encontraron listas de colaboradores, que fueron todos detenidos, de Mon de Roda, Lascuarre, Castigaleu y Capella". En el libro de Martínez de Baños se dan los nombres de estos supuestos colaboradores de los guerrilleros que fueron detenidos en esa operación y que también reproduzco: Francisco Larruy Túnica, de Mon de Roda; Domingo Puyal Pallás, Joaquín Ardanuy Lanau, Santiago Larruy Rivera, Joaquín Lasheras Facerías y Joaquín Rivera Facerías, de Lascuarre; Joaquín Selién Portas y Antonio Ballarín Mur, de Castigaleu; y Joaquín Ferrer Samitier, de Capella. Algunos de los detenidos decían en su descargo que actuaban bajo amenazas de los maquis, pero parece seguro que éstos contaron con numerosos apoyos en esta zona; sobre todo en Lascuarre y en los demás pueblos citados, pero también en otros como Luzás y Pont de Montañana. Un encargado de una mina de Cajigar -al parecer, apodado "Petart"- les daba comida, gasolina, tabaco y, en alguna ocasión, dinamita. Según los archivos del PCE, citados por Mercedes Yusta en "Guerrilla y resistencia campesina" (Prensas Universitarias, 2003), en las localidades anteriores la Guardia Civil detuvo a 150 campesinos en una redada. La cifra parece exagerada y, en todo caso, las detenciones se habrían producido en diversas operaciones y no en una sola. Entre Lascuarre y La Puebla de Roda, los maquis acudían a la casa La Roca a oír la radio y a comer, y en toda el área disponían de numerosas cuevas y escondrijos. También en Graus había quien les hacía y proporcionaba pantalones de pana, chalecos de lana y zapatos de goma. En mi propia familia, mis padres me contaron muchas veces que un día encontraron un maquí herido en el interior del pajar de la era situada a las afueras de Torres del Obispo. El guerrillero les dijo a mi padre y a mi abuelo que por favor no lo denunciaran y le dejaran quedarse allí hasta que se encontrara mejor. Le llevaron comida y bebida varios días hasta que una mañana cuando fueron a verlo ya se había ido.

En Lascuarre, aunque no he podido precisar la fecha del incidente, murieron dos maquis que están enterrados en el cementerio local, donde, según me dijeron, hubo en un tiempo una placa recordatoria que luego desapareció. Al parecer, los guerrilleros muertos eran naturales de Castillazuelo y Pozán de Vero. Según se cuenta, tenían su escondrijo en una cueva de la sierra de La Mellera, cercana a la llamada "font freda", y estaban descalzos cuando fueron sorprendidos, por lo que su intento de huida no prosperó y acabaron siendo abatidos por los disparos efectuados sobre ellos. Algunos testimonios recogidos de naturales de esa población confirman que los maquis tuvieron mucha presencia en la zona y que se decía que contaban con el apoyo del párroco de la localidad, Jesús Arnal, que luego fue destinado a otro lugar y al que me referí en mi artículo del número anterior de esta publicación. Mosen Jesús Arnal, que era cura de Aguinalíu al estallar la Guerra Civil, escribió un libro de memorias titulado "Por qué fui secretario de Durruti", editado en Andorra en 1972, un año después de su muerte, muy difícil de encontrar en la actualidad y del que se hizo otra edición en 1995 con el título de "Yo fui secretario de Durruti" que modificaba y en gran medida traicionaba el espíritu del original. En estas memorias, Mosén Jesús explica su estancia en las filas anarquistas durante la contienda, y en las páginas finales se refiere brevemente a su relación con los maquis en su destino como párroco en Lascuarre. Sólo reconoce haberse entrevistado con ellos en una ocasión y debido a la insistencia que los guerrilleros mostraron en hacerlo, y aclara que accedió a ello como un deber cristiano y por si era necesaria su ayuda. Explica también que intentó hacer comprender a los maquis que quería olvidar su pasado y que debían desistir de su intento, pues no iban a encontrar entre las gentes apoyo para sus planes de derrocar al régimen de Franco. Añade asimismo que el confesado encuentro con los maquis, realizado en 1946, le ocasionó problemas en los años siguientes, lo convirtió en sospechoso y tuvo que dar cuenta de aquel hecho al obispado en repetidas ocasiones. Hay que decir que Jesús Arnal escribió estas memorias en los años anteriores a su muerte, acaecida en 1971 y, por lo tanto, todavía en plena vigencia del franquismo.

Al frente de las partidas que se movían por Ribagorza en 1946, estaba Valeriano González Asturias, conocido como "Drôle" ("Chaval"). Junto al anarquista Atanasio Serrano Rodríguez, alias "Tanque", había entrado en España en 1944 con la intención de dirigirse a Extremadura y Toledo de donde ambos eran respectivamente originarios. Tras fracasar en el intento, en 1945 regresaron a Aragón y quedaron dispersos por la sierra de Lascuarre, asentándose principalmente en los términos del propio Lascuarre, Roda de Isábena y San Lorenzo o Sant Llorens de Castigaleu. En sus primeros meses no llevaron a cabo ninguna acción, pues su principal objetivo era relacionarse con la población civil y establecer una amplia red de colaboradores. Miembros de esta partida fueron quienes se entrevistaron con el párroco Jesús Arnal, que menciona en su libro a "Drôle" y al capitán Serrat. Este último es citado en la declaración de uno de los colaboradores detenidos en Lascuarre, quien dice que llevaba leche al guerrillero porque éste se encontraba delicado de salud.

En 1946, Joaquín Arasanz "Villacampa", que había vuelto de Francia a finales del año anterior, tras una larga búsqueda de seis meses, consiguió contactar con este grupo y recomponerlo. Una vez logrado, ambas partidas se unieron y, en una reunión celebrada en Las Almunias, constituyeron la Agrupación Guerrillera del Alto Aragón (A.G.A.A) que inició acciones armadas contra elementos considerados derechistas. El Estado Mayor de la Agrupación estaba formado por Joaquín Arasanz, Manuel Cosculluela y Narciso Vilellas. Aunque la dirección era claramente comunista, entre sus miembros había también algunos anarquistas. Según tomo del libro de Paloma Fernández Pancorbo ""El maquis al norte del Ebro" (Zaragoza, 1988), junto a los comunistas "Drôle", Jose Moreno, Manuel Tosant, Pueyo y Manuel Pérez Cubero "El Rubio", estaban los anarquistas "Tanque", "Grabat" y "Pascualet". Valeriano González Asturias "Drôle" fue designado responsable de la zona ribagorzana. En enero de 1946, en un enfrentamiento en Naval, su partida sufrió tres bajas y varios prisioneros, perdió además ocho metralletas, 27 cartuchos de dinamita, mecha, tolita, fulminantes, cuatro brújulas, mapas y propaganda. El 12 de abril, en otro enfrentamiento en un lugar sin especificar habrían muerto otros dos de sus hombres; uno de ellos, el llamado Pueyo.

Los años 1946 y 1947 fueron especialmente violentos en Sobrarbe, como puede leerse en el libro de Irene Abad y José Antonio Angulo "La tormenta que pasa y se repliega" (Prames, 2001), en el que se hace un completo estudio de la presencia guerrillera en esa comarca. Menos acciones violentas hubo en Ribagorza, aunque se produjo el asesinato del transportista Manuel Ferra Turmo en Las Ventas de Santa Lucía (Graus) el 20 de enero de 1947 por parte de dos maquis armados con metralletas que fueron a buscarlo a su casa. En el citado libro de Paloma Fernández Pancorbo se dice que se trataba del jefe de la Fiscalía de Graus y se sitúa su muerte en el mes anterior. Al parecer, se le acusaba, entre otras cosas, de denunciar a los campesinos que no declaraban todo lo que recogían y el estraperlo que practicaban en pequeñas cantidades y que constituía un complemento imprescindible para sus maltrechas economías. Aunque esta acción nunca se aclaró del todo ni se supieron con seguridad sus causas, fue atribuida a la A.G.A.A, que en esas mismas fechas asesinó también al alcalde de Salinas de Hoz, acusado de colaborar con la Guardia Civil en la preparación de una emboscada en la que perecieron varios maquis.

La detención de "Villacampa" en enero de 1947 en la central de Huerta de Vero (5) supuso un duro golpe para los maquis y el inicio de su declive, pese a que aún mantuvieron durante ese año una considerable actividad. "Villacampa" fue sustituido al frente de la A.G.A.A. por el zaragozano Emilio Bistué (o Vistué, según algunas fuentes) en la dirección política y el barbastrense Ángel Bellostas en la militar; ambos fueron detenidos, descubiertos por un guardia civil disfrazado de mendigo, en Blecua en 1948 y fusilados en la cárcel de Torrero de Zaragoza, acusados del atraco a un recaudador de la contribución en San Esteban de Litera y de la muerte de tres guardias civiles en Bierge. Tomó el relevo como jefe de la Agrupación Narciso Vilellas, natural de Alquézar, que trasladó la actividad más al sur, a las comarcas de La Litera y el Bajo Cinca, donde se produjeron bastantes encuentros con la Guardia Civil y se desarticularon al menos dos grupos de maquis en Albelda y en Altorricón. El propio Vilellas fue abatido por la Guardia Civil junto a otros tres compañeros en un enfrentamiento que se produjo a las afueras de Binéfar en el otoño de 1948. El último jefe de la Agrupación fue Manuel Cosculluela, alias "Julio", originario de Olsón, en Sobrarbe. "Drôle", ayudado por los maquis conocidos como "Chacón", "Asturias" y "Paquer" (6), se encargaba de las cuestiones de administración y aprovisionamiento. Sin embargo, en 1949 la actividad guerrillera decayó casi por completo y a finales de ese mismo año o en la primavera del siguiente, Cosculluela, que actuaba sobre todo en Sobrarbe y que ya no veía ninguna salida a la situación, logró retornar a Francia e instalarse en el sur del país vecino. Además de los castigos que el Ejército y la Guardia Civil infligían constantemente a sus partidas, la nueva situación internacional era cada vez más desfavorable para los maquis. El auge de la "guerra fría" estaba consolidando al régimen de Franco, que acabó recibiendo por ese motivo el apoyo de los Estados Unidos, y el anticomunismo crecía en todo el mundo occidental dejando a los grupos guerrilleros privados de cualquier posible ayuda procedente del exterior.

En este último periodo, en Ribagorza los maquis mantenían algunas bases más escondidas que se hallarían en Merli y en la zona de Monesma, aunque hay que decir que estos refugios cambiaban con frecuencia de lugar, sobre todo cuando los guerrilleros se sentían perseguidos. Caminaban éstos siempre por la noche y descansaban durante el día en zonas protegidas por la maleza. Mientras Cosculluela se movía por el Sobrarbe, en nuestra comarca "Drôle", "Tanque" y "el Americano" dirigían pequeños grupos, con incursiones hacia el Montsec, La Litera y la ribera del Cinca, con una táctica cada vez más de guerrillas y una continua movilidad y cambio de posiciones de sus pequeñas partidas, que difícilmente superarían los cinco integrantes cada una. Sus acciones consistían sobre todo en lanzar propaganda subversiva y realizar asaltos con los que obtener fondos para financiarse. En enero de 1948, "Tanque" apareció muerto en Baldellou, cerca de Camporrells, en la comarca de La Litera. Según el informe policial, tenía una herida de bala en la espalda. Su muerte nunca fue aclarada: no se sabe si se le disparó el arma al caerse por un terraplén o si lo mataron sus propios compañeros. Sea como fuera, su muerte desmoralizó bastante a los pocos guerrilleros que quedaban en la zona y levantó la sospecha de si pudo estar motivada por la ideología anarquista del finado (7). El 1 de julio se registró en los alrededores de Tolva la muerte del maqui Francisco García Arnau, natural de Cedrillas (Teruel), en un enfrentamiento con la Guardia Civil en el que intervino también el guerrillero "el Rubio". Más al sur, en La Litera, tras el aumento de las detenciones, hubo un recrudecimiento de la violencia y en ese mismo mes de 1948 se produjo en Baldellou la más cruel de las acciones atribuidas a los guerrilleros: el asesinato de los suegros y la esposa, embarazada de nueve meses, del jefe local de la Falange.

Al final, sólo quedaba en Ribagorza el grupo de "Drôle", con cuatro guerrilleros y sin ninguna red de apoyo. El desánimo y la precariedad de su situación eran cada vez mayores y su actividad fue decayendo hasta su total desaparición. El 1 de mayo de 1949, lanzaron pasquines en Lascuarre y volaron un poste de alta tensión cerca de esa localidad. El 23 de julio, "Mundo Obrero" recoge sus últimas acciones en Ribagorza: dos mítines con reparto de propaganda en Torres del Obispo y en Panillo. "Drôle" se desplazó al Levante y actuó principalmente por la zona del Rincón de Ademuz, entre Teruel, Valencia y Cuenca. En 1950, fue detenido cerca de Sallent de Gállego cuando intentaba cruzar a Francia. A partir de ese año, sólo quedaron maquis en la Peña Montañesa. Allí, en una cueva, en el lugar conocido como La Espelunga, la Guardia Civil aún encontró armas y municiones en 1956.

He intentado relatar en estos artículos, de la manera más objetiva e imparcial posible, los movimientos de los maquis en Ribagorza en la segunda mitad de la década de los cuarenta del pasado siglo XX. Estos hechos constituyen una parte importante de nuestra historia reciente, y creo que el distanciamiento temporal de los mismos permite estudiarlos con mayor profundidad y rigor. Para ahondar en esa investigación sería tal vez necesario un más amplio trabajo de campo, riguroso y contrastado, en busca de un mayor número de testimonios personales de aquellos hechos. El inexorable paso del tiempo habrá acabado dentro de muy poco con la ya muy escasa memoria viva de aquel conflicto. Espero haber contribuido modestamente con mis colaboraciones en estas páginas a un mayor conocimiento del mismo en nuestra comarca ribagorzana.

NOTAS:

(1)Una de las características de los maquis era su juventud, aunque la edad de la mayoría de ellos estaba entre los 25 y los 30 años. Cargaban con un equipo que podía llegar hasta los 50 Kg de peso. Llevaban armas, víveres y folletos políticos, y cada grupo solía llevar alguna máquina de escribir para confeccionar la propaganda necesaria en cada ocasión. Su armamento eran metralletas Stern o Thompson, subfusiles, fusiles, pistolas, escopetas y varias granadas por individuo.
(2) En este mismo libro, se dan algunas cifras referidas al Alto Aragón y circunscritas a las incidencias del maquis con la Guardia Civil, de cuyo Servicio de Estudios Históricos se extrae la información. Entre 1944 y 1950, en enfrentamientos con las fuerzas del orden, habrían muerto 32 maquis, 14 habrían resultado heridos y 20 se habrían entregado a la Guardia Civil. Los miembros de la benemérita que habrían resultado muertos serían 11 y los heridos 8. Los detenidos entre maquis y enlaces habrían sido 228 ( 3 en 1944, 1 en el 45, 56 en el 46, 95 en el 48 y 92 en el 49). Por último las muertes de civiles atribuidas al maquis sumarían 23: 2 en 1847, 20 en 1948 y 1 en 1950. En este mismo periodo, pero sumando las provincias de Huesca y Zaragoza, los maquis habrían cometido 6 sabotajes y 31 atracos.
(3) Aunque más tarde hay que hablar sobre todo de diferentes partidas de maquis dispersas por la comarca, en el otoño de 1945 las dos brigadas guerrilleras que penetraron en Ribagorza fueron la 468, que tenía encomendada la zona de Benabarre, y la 21, compuesta de cuatro batallones y cerca de 200 efectivos y considerada la brigada de "élite", pues de ella formaban parte la mayoría de los maquis que habían luchado en la Resistencia francesa y habían participado en importantes acciones como la batalla de La Madelaine. A ambas me he referido con más detenimiento y respectivamente en los dos anteriores artículos que he dedicado a este tema en estas mismas páginas. Las brigadas 3 y 410 se movieron más por la zona noroccidental de Lérida, aunque colindante con la Ribagorza oscense.
(4) Hay una cierta confusión sobre la identidad de los maquis muertos en Morillo de Monclús. Arasanz en su libro "Guerrilleros" dice que se trataba del valenciano Richard, el catalán Serrano y el extremeño Quílez. Sin embargo, la Amical de Antiguos Guerrilleros Españoles en Francia colocó el 5 de octubre de 1986 una placa en Morillo con los nombre de los maquis allí muertos: Antonio Alarjarín Paredes, Esteban Torres y Enrique Aguado. Así lo recogen tanto Martínez de Baños en su libro citado como Irene Abad y José Antonio Angulo en "La tormenta que pasa y se repliega" y Ferran Sánchez Agustí en su primer libro "Maquis a Catalunya". Sin embargo, este mismo autor en "Maquis y Pirineos" sitúa la muerte de estos tres guerrilleros en el enfrentamiento registrado en las proximidades de Secastilla,. Yo mismo así lo hice en el artículo que publiqué en el número anterior de "El Ribagorzano" ("Maquis en Ribagorza: Episodios de la Brigada 21").
(5) En la central eléctrica de Huerta de Vero, los maquis, protegidos por la familia que se encargaba del lugar, tenían una emisora clandestina de radio desde la que emitían mensajes y contactaban con la dirección del sur de Francia. Al ser descubierto, "Villacampa" intentó huir lanzándose por el tubo de desagüe de la central, pero finalmente fue herido y detenido. Su compañero, el telegrafista José Bosch (o Roig), tuvo peor suerte y resultó muerto en el tiroteo que se produjo con la Guardia Civil. Poco antes de la detención de Arasanz, a finales del 46, se produjeron varias detenciones en Monzón, donde se desarticuló una célula del P.C.E., dirigida por Joaquín Saludas, natural de Bielsa, con la que los guerrilleros de la A.G.A.A. mantenían un contacto bastante fluido. Originarios de Monzón eran los maquis Manuel Tosán y José Moreno, que entraron en España con Villacampa en 1945.
(6) En la declaración del maqui conocido como Noguero, detenido al intentar pasar a Francia por el puerto de Plan, y parte de la cual transcriben en su libro Irene Abad y J. Antonio Angulo, se dice que los maquis Ramón Gombao "Paquer" y Manuel Rancho "Roque" eran naturales de Monesma.
(7) Aunque no es seguro que ocurriera en este caso, hubo en ocasiones disensiones entre los propios maquis que llevaron a la ejecución de alguno de ellos. Así ocurrió con el conocido como "el Viejo", al que sus compañeros mataron porque se había intentado fugar de su grupo en dos ocasiones y temían que los delatase. Las delaciones de algunos maquis que se entregaban no eran, como hemos visto, demasiado infrecuentes.


Carlos Bravo Suárez

Arículo publicado en Diario del Alto Aragón y en El Ribagorzano.

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